El pasado 28 de abril, en Cortelazor la Real se respiraba tranquilidad, y paz, porque el desasosiego de no tener a su Madre entre ellos, desaparecía. La Virgen de la Coronada, la de la Sierra del Cuchillar, llegaba a su pueblo tras la última restauración. La bellísima imagen sufría daños importantes amen de restauraciones anteriores no tan afortunadas como la última, donde se ha recuperado policromía primitiva. Un día donde el Coro no podía faltar para compartir esta alegría con estos amigos.
¡VIVA LA VIRGEN DE LA CORONADA!
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